DESCRIPCIÓN DEL ITINERARIO
La ruta comienza en Felechosa 🏘️, una preciosa localidad del concejo de Aller (Asturias), situada a unos 640 m de altitud, muy conocida por su belleza natural, su cercanía a la estación de esquí de San Isidro y sus accesos al Parque Natural de las Ubiñas-La Mesa. Desde el centro del pueblo, tomando el antiguo Camín Real a Cuevas, se inicia la travesía.
🚶♂️ Subida por el valle del Arroyo Melera
El camino pronto se adentra por una pista forestal que discurre en paralelo al Arroyo Melera 💧, un regato cristalino que baja con fuerza especialmente tras lluvias o deshielos. A medida que se asciende, el sendero se va estrechando y ganando desnivel, mientras el paisaje cambia rápidamente: praderas, castaños 🌰 y robles dan paso a un hayedo frondoso 🍂🌳, uno de los grandes protagonistas del día.
Caminar por este tramo en silencio es una delicia para los sentidos. El olor a hojarasca, el sonido del agua y el juego de luces filtradas entre las ramas te envuelven. Es habitual ver rastros de fauna como jabalíes 🐗, corzos 🦌 o incluso aves rapaces sobrevolando las crestas.
⛰️ Collada Melera o Pandos
Tras superar el hayedo, el terreno se despeja y el bosque deja paso a zonas de pasto y brezo. El esfuerzo empieza a notarse, pero también lo hacen las vistas panorámicas que empiezan a abrirse hacia el valle de Aller y las montañas de León. Finalmente se alcanza la Collada Melera o Collada Pandos 🏞️, a más de 1.450 m de altitud.
Desde aquí se puede hacer un pequeño desvío hasta la Peña Melera (1.552 m), un modesto pico con vistas soberbias. Al norte, el macizo de Peña Mea y el Retriñón; al sur, el puerto San Isidro y las montañas leonesas. En días claros incluso se distingue parte de los Picos de Europa 🏔️.
🏞️ Bajada hacia las Foces del Río Pino
El descenso arranca por la majada Pedroso, una zona abierta y muy bonita, salpicada de cabañas de piedra y praderas donde pastan vacas y caballos 🐄🐎. Poco a poco el sendero se encajona hasta llegar al inicio de las Foces del Río Pino: un estrecho y sobrecogedor desfiladero esculpido por el agua a lo largo de miles de años.
Este tramo es espectacular: paredes verticales, pasarelas de madera, el murmullo constante del río que se abre paso entre grandes bloques de piedra y una vegetación exuberante 🌿💦. La senda, bien acondicionada, permite recorrer todo el desfiladero con seguridad, aunque con atención, sobre todo si el terreno está húmedo o resbaladizo.
Las foces terminan de forma natural en la pista del río Pino, que poco a poco va perdiendo altura hasta conectar de nuevo con Felechosa, cerrando así esta preciosa circular.