DESCRIPCIÓN DEL ITINERARIO
La ruta comienza en el tranquilo y pintoresco pueblo de Demués 🏡, en el corazón del concejo de Onís. Desde las primeras zancadas, el camino se sumerge en un entorno profundamente asturiano: verdes intensos 🌿, muros de piedra y el sonido del ganado 🐄 marcando el ritmo del día. La senda desciende suavemente por el valle, guiándonos hacia uno de los tesoros ocultos de la zona: los antiguos molinos del río Tabardín ⚙️💧.
Estos molinos, hoy parcialmente en ruinas 🏚️, fueron en su tiempo el corazón de la vida campesina. Construidos en piedra y dispuestos a lo largo del cauce del río, aprovechaban la fuerza del agua para moler el grano 🌾 que sostenía a las aldeas cercanas. A medida que uno camina entre ellos, todavía se puede sentir el eco de aquella actividad: el chocar del agua contra las palas, el crujido de la madera húmeda, y el trabajo pausado pero constante de los vecinos 👨🌾👩🌾.
El río Tabardín, siempre presente 🌊, añade un encanto especial a esta parte del recorrido. Sus aguas frías y cristalinas acompañan al caminante entre helechos, musgos y sombra 🌱🌧️, formando pequeños saltos, pozas y remansos. Uno de los rincones más bellos es la cascada conocida como los Tres Chorros 💦💦💦: una caída de agua escalonada que brota entre las rocas y se funde con el entorno como si hubiese estado allí desde siempre. El sonido del agua cayendo y la frescura del ambiente convierten este lugar en un pequeño santuario natural 🧘♂️.
Tras disfrutar de este rincón, el sendero empieza a ganar altura 🥾 y se endurece levemente al adentrarse en los Cuetos, una zona de laderas suaves y praderías elevadas 🌄🐑. A medida que se sube, el paisaje se abre, regalando vistas espectaculares de las montañas circundantes. En lo alto, se alza la ermita de María Magdalena ⛪. Solitaria y sencilla, esta pequeña construcción de piedra guarda una atmósfera de recogimiento. Desde su ubicación privilegiada, se domina gran parte del valle, y el silencio que la rodea invita a detenerse, respirar y contemplar 🌬️👀.
El camino continúa hacia Gamonéu 🧀, una aldea de altura que conserva toda la esencia de la arquitectura tradicional asturiana. Calles empedradas, hórreos, y casas de piedra donde aún se elabora el famoso queso Gamonéu, curado en cuevas naturales. El paso por el pueblo es como un viaje al pasado ⏳, entre olores de leña y ganado, y la bruma que, en ocasiones, envuelve sus tejados 🌫️.
Para convertir la ruta en circular 🔄, se toma un desvío descendente desde Gamonéu, cruzando bosques y pastizales, volviendo a internarse en el entorno del río Tabardín, esta vez desde otra perspectiva. El regreso a Demués cierra el recorrido con la sensación de haber explorado un pedazo auténtico de Asturias 🥰: naturaleza en estado puro, historia viva en piedra y agua, y una conexión profunda con la tierra 🌍.