DESCRIPCIÓN DEL ITINERARIO
Tazones, Ruta Carlos V, hasta la cascada de Llames y su correspondiente visita.
Ruta fácil, sin complicaciones técnicas, solo tener precaución en la zona anexa a la cascada. Para llegar a ésta hay que cruzar el río, que en esa zona no hay ningún puente y que a pesar de no ser muy ancho, hay que pasar sobre unas piedras y cuando el río viene crecido debe hacerse con precaución. En este caso recomiendo llevar un palo o unos bastones para mejorar el equilibrio. A la cascada se llega por su parte superior, hay una cerca de madera, pero solo para delimitar, no para apoyarse en ella.
Para llegar a la parte baja, hay unos escalones y pasamos de madera y de fácil caminar. Ruta apta para toda la familia, bien señalizada, con tramos de asfalto y otros de tierra o zahorra y en bastante buen estado. La ruta está bien señalizada, con cartel al principio, con marcas blancas y amarillas y con placas y postes de señalización durante su recorrido.
La ruta recrea el viaje que realizó Carlos de Habsburgo el 19 de septiembre de 1517 que viniendo de Flandes, desembarcó en Tazones, donde pisó por primera vez suelo español y esta ruta sería la que siguió hasta Villaviciosa donde permaneció 4 días antes de tomar rumbo hacia Tordesillas. Carlos de Habsburgo más tarde sería coronado rey y emperador con el nombre Carlos V.
La ruta la comenzamos en el puerto de Tazones, caminamos en dirección al pueblo, pasamos por unas estrechas calles que nos conducen a una senda de tierra, piedra y escalones, vamos ganando altura y pronto tenemos unas bonitas vistas del pueblo de Tazones, pasamos al lado del restaurante El Catalin, donde aparte de tener unas excelentes vistas se come estupendamente. Poco más adelante cruzamos la carretera y siguiendo la señalización, pasaremos por zonas rurales y los pueblos de Liñeru, San Martín del Mar y llegaremos a la cascada de Llames, durante este recorrido, tendremos preciosas vistas de la costa, ría de Villaviciosa, Sierra del Cuera destacando el Picu Pienzu, la Propia Villaviciosa y montes adyacentes. En esta ocasión tuvimos un tiempo cambiante, incluida la lluvia y en ocasiones las zonas montañosas no tenían suficiente nitidez o estaban tapadas, eso sí pudimos contemplar la sierra del Sueve cubierta de nieve, situación no muy habitual por estar situada tan próxima a la costa.
Llegamos a la cascada de Llames, su situación está bien señalizada, por un poste con cartel indicativo, que nos señala la bajada por una senda por unas rústicas escaleras, para llegar a la cascada hay que cruzar el río, sin ningún tipo de puente, que sin ser muy ancho ni caudaloso, hay que sortear por unas piedras y si hubo lluvias recientemente como era nuestro caso, iba bastante crecido y si quieres cruzarlo sin meterte en el agua, hay que hacerlo pasando sobre unas piedras, que suelen estar húmedas, así que si es el caso, es recomendable apoyarse con un palo o bastón, para así asegurar mejor el equilibrio.
Llegamos a la cascada, está situada en una zona idílica, llegamos a ella por su parte superior, tiene unas barandillas de madera, más para delimitar la zona que otra cosa, por qué no son para apoyarse en ellas. La cascada está formada por una falla del terreno, tendrá unos 5 metros de altura y es bastante guapa. Para bajar a su parte inferior, hay unas escaleras rústicas y una barandilla, la bajada es fácil y sin complicación alguna. En el trayecto de la bajada, también hay una bonita fuente, datada del año 1924. El lugar es encantador, invita a hacer fotos y tomártelo con relajación. Al lado de la cascada había una piedra de molino antigua, que desconozco la procedencia y por qué puede estar en el citado lugar. La vuelta la realizamos por el mismo sitio, salvo un pequeño acortamiento del trayecto de ida en la zona de Liñeru.