DESCRIPCIÓN DEL ITINERARIO
La Sierra de Peña Mayor ofrece una de las travesías más completas del centro de Asturias, combinando cumbres panorámicas, valles profundos, riqueza botánica y rincones marcados por la historia reciente. La ruta parte del área recreativa de Les Praeres, en el concejo de Nava, conocida por ser final de etapa en pruebas ciclistas como La Vuelta y por su espectacular balcón sobre la comarca de la sidra.
Desde este punto se inicia una exigente pero gratificante integral del cordal de Peña Mayor, que recorre varios de sus picos más representativos. El primero en coronarse es el Pico Peña Mayor (1.139 m), considerado el techo del concejo de Bimenes, y una de las atalayas más destacadas del centro de Asturias. Desde su cima se disfruta de una panorámica excepcional: hacia el sur se alzan los perfiles de Redes y los Picos de Europa; hacia el norte, la costa cantábrica; y hacia el oeste, las sierras del Aramo y el Sueve.
La ruta continúa a lo largo del cordal por senderos de montaña bien definidos, alternando pasos entre pastizales de altura y crestas calizas. Más adelante se asciende al Pico Texu, que recibe su nombre del emblemático árbol asturiano, el tejo, especie sagrada en la tradición celta y aún presente en algunos rincones del recorrido. Finalmente se alcanza el Pico Triguero (1.290 m), techo del concejo de Nava, punto culminante de la travesía y mirador privilegiado sobre el concejo y las sierras que lo rodean.
El regreso se realiza por una variante más tranquila y solitaria que permite descubrir otro de los lugares más significativos de esta sierra: el Pozo Funeres. Situado en un entorno de hayedo y vegetación atlántica, este pozo natural —de origen kárstico— es tristemente conocido por su papel durante la represión franquista. Tras la Guerra Civil, este lugar fue utilizado como fosa común para arrojar a personas fusiladas, muchas de ellas guerrilleros antifranquistas o simpatizantes republicanos. Se estima que en su interior reposan los restos de decenas de personas, convirtiéndolo en un símbolo de la represión y en un espacio de memoria que ha sido recuperado y señalizado en las últimas décadas gracias al trabajo de asociaciones de recuperación histórica. Hoy, el Pozo Funeres no es solo una sima geológica: es una herida abierta en la historia de Asturias, un lugar para el recuerdo, la dignidad y la reflexión.
El entorno natural en torno al pozo y a lo largo de toda la sierra destaca por su biodiversidad. La flora es particularmente rica, con presencia de acebos (Ilex aquifolium) que puntean el paisaje con sus hojas brillantes y sus frutos rojos, especialmente visibles en otoño e invierno. En cotas más sombrías o protegidas pueden encontrarse también texos (Taxus baccata), árboles longevos y venerados que forman parte del imaginario cultural asturiano desde tiempos prerromanos. Junto a ellos, helechos, brezos, pastos de altura y bosquetes de hayas ofrecen un mosaico vegetal que cambia con las estaciones y confiere a la ruta un valor ecológico añadido.
Tras la visita a Funeres, la ruta desciende por antiguos caminos de pastores y pistas forestales que atraviesan zonas de matorral, pequeños collados y cabañas de uso ganadero, hasta cerrar el bucle de nuevo en Les Praeres. El recorrido, exigente por su desnivel y duración, es ideal para montañeros con experiencia que buscan algo más que una simple caminata: una experiencia completa en la que se entrelazan naturaleza, geografía, memoria e identidad.