DESCRIPCIÓN DEL ITINERARIO
La ruta se inicia en el pueblo de Ponticiella, a donde se accede desde la capital municipal, Villayón, por la carretera local AS-35, que comunica Villayón con Boal. Se parte del centro del pueblo, desde la plaza frente a la fuente, sale un camino que se dirige al río y, caminando cuesta abajo, entre muros de piedra, llega a las praderías de Las Cellas, en ellas existe un cruce en tres direcciones, debiendo tomarse la de enfrente.
Tras unos cientos de metros, la indicación nos obliga a coger el sendero, que en poco tiempo nos lleva a la cascada, en forma de cola de caballo, con una caída de 10 metros.
Desde la cascada se divisan los profundos pozos excavados en la roca por la fuerza de las aguas en su caída vertiginosa.
En la Cascada de Méxica, el tesoro desarrolla toda una fábula. Dícese que bajo la cueva donde se precipita el agua de la cascada hay un palacio todo de oro, donde habitaba un rey moro con dos preciosas hijas encantadas, de dorados cabellos. Un príncipe moro amante de las generosas melenas, enamoró a ambas y provocó un conflicto de celos.
Una de ellas por la noche, cortó la melena de la otra y la tiró al río, provocando, con la gran cola dorada, la actual cascada. El príncipe, embelesado por el bellísimo salto de agua y por la bondad de su antigua dueña, acabó desposando a ésta, tras rechazar la maldad de su hermana.
El salto, la magia y la leyenda aún embrujan al caminante en Méxica.